Este sitio web utiliza cookies y otras tecnologías, propias y de terceros, para obtener información sobre tus preferencias, navegación y comportamiento en este sitio web. Esto nos permite proporcionarte distintas funcionalidades en la página web, personalizar la forma en la que se te muestra, o analizar nuestro tráfico.Puedes consultar más información sobre nuestra Política de CookiesPuedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Permitir cookies” o configurarlas o rechazar su uso clicando "Configurar cookies".
Las cookies estrictamente necesarias son aquellas de carácter técnico, que deben estar siempre activadas para que la web funcione correctamente, así como para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.
Esta web utiliza Google Analitycs para recopilar información anónima que nos permita medir, por ejemplo, el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares. Activando estas cookies, nos ayudarás a continuar mejorando nuestra web en base los intereses de nuestros usuarios.
Volver al Menú
11 febrero 2019
"Mientras estudiaba la carrera sí que hubo muchos comentarios machistas o inapropiados en relación al hecho de ser mujer, tanto por parte de profesores como de alumnos."
En el COIIB estamos interesados en fomentar el proyecto Mujer Ingeniera con el fin de visibilizar a las mujeres en la Ingeniería y cualquier profesión STEAM. Creemos importante favorecer la igualdad de oportunidades en el ámbito científico tecnológico y una de nuestras ideas es publicar entrevistas con motivo del día de la mujer y la ciencia.
ENTREVISTA. ISABEL DE MARCO RODRÍGUEZ. CATEDRÁTICA EHU/ UPV
Tenía claro que quería estudiar algo de ciencias (químicas, físicas, matemáticas...). Mi padre me habló de la ingeniería, yo no sabía ni lo que era y de hecho la palabra no me sonaba nada atractiva. Mi padre, ingeniero de caminos, me aclaró que en ingeniería se estudiaban todas esas materias que precisamente eran las herramientas del ingeniero, y que había muchas más oportunidades de trabajo como ingeniero que con las otras carreras. Asimismo me animó diciendo que tanto él como sus compañeros y amigos ingenieros, estaban muy satisfechos con su formación y profesión. Así me decidí por la ingeniería y comprobé que no le faltaba razón.
La realidad es que la mayoría de l@s chaval@s cuando terminan la educación escolar no tienen nada claro lo que quieren estudiar. Además, en los últimos años, desde la implantación del denominado "Plan Bolonia" (marco europeo de educación superior) la elección se ha vuelto aun más complicada, dado que se oferta un abanico muy amplio de carreras (ahora llamadas grados) universitarias.Si considero que hay factores que influyen en la elección de las carreras. Por un lado indudablemente los padres ejercen una importante influencia, siendo su principal preocupación que la carrera elegida, además de gustarles a sus hijos, tenga salida profesional. Por otro lado obviamente también tienen influencia los estereotipos sociales, hay carreras y profesiones típicamente asociadas a mujeres (magisterio, enfermería, etc.) mientras que otras, como es el caso de la ingeniería, son típicamente masculinas, y estas imágenes continuamente se transmiten en los medios de comunicación, TV, cine, e incluso en el propio entorno que rodea a l@s niñ@s. Es lógico por tanto que las niñas se identifiquen más con una maestra, secretaria o enfermera, que con un ingeniero al pie de una obra o al mando de un establecimiento industrial.
Cuando terminé los estudios de ingeniería industrial (especialidad química) en la Escuela de Ingeniería de Bilbao, no me motivaba mucho salir al mundo empresarial. Me gustaba la Universidad y me atraía mucho la investigación. Por ello opté por hacer el doctorado. Para tener ingresos económicos o conseguías una beca o una plaza como profesor. Conseguí la 2ª opción y compatibilice la realización de mi tesis doctoral con la docencia en la propia Escuela de Ingeniería.
Aquellos primeros años fueron duros, por un lado compatibilizar la tesis con las clases; en ocasiones tenía que ir al laboratorio los fines de semana para realizar los experimentos de mi tesis. Por otro lado preparar las clases; la primera vez que se imparte una asignatura, prácticamente se requiere dedicación plena para dominarla y ser capaz de exponerla con claridad. Por último el enfrentarse al alumnado, eran de 6º curso, mayormente hombres y de más edad que yo.Una vez defendida la tesis doctoral continúe desarrollando la investigación y la docencia, obteniendo unos años después la plaza de profesora titular y más tarde la de catedrática de Universidad. Mi actividad docente siempre se ha desarrollado en la Escuela de Ingeniería de Bilbao, en el área de la Ingeniería Química y con alumnos de últimos años de carrera o alumnos de doctorado o de máster.
Ha implicado preparar asignaturas en temáticas distintas y muy cambiantes, lo que me ha obligado a mantenerme permanentemente al día; esto requiere esfuerzo y dedicación pero es muy enriquecedor. En cuanto a mi carrera como investigadora he venido liderando un grupo de 4-8 profesores y becarios habiendo realizado actividades muy variadas e interesantes: experimentación en laboratorio, consecución de fuentes de financiación, dirección de tesis doctorales y formación de investigadores, presentaciones en congresos, redacción de artículos científicos, evaluación de proyectos de investigación, revisión de artículos científicos, evaluación de informes de seguridad de establecimientos con sustancias peligrosa, actividades de asesoría y peritaje, contratos de investigación con empresas, etc. Debo reconocer que me gusta más la actividad investigadora que la docente por su gran proyección al exterior, su variedad, el aprendizaje continuo que implica, las relaciones, contactos con empresas e industria, etc. Todo ello resulta ser muy enriquecedor y gratificante.
Actualmente mi actividad es esencialmente la misma que he venido desempeñando en mis ya más de 30 años de trayectoria profesional en la Universidad: la docencia y la investigación. Ahora bien, tanto una como otra han evolucionado mucho. Basta decir que cuando yo empecé no había ni ordenadores, el profesor contaba con la pizarra y la tiza, y unos pocos libros como fuentes de información que una vez estudiados le convertían en un "gurú" del tema. Hoy en día contamos con medios audiovisuales, se utilizan múltiples aplicaciones informáticas y plataformas docentes virtuales, disponemos de internet y de acceso a cantidades ingentes de información y tanto profesores como alumnos estamos invadidos por las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). Las TIC abren muchísimas posibilidades para la docencia y el aprendizaje, sin embargo presentan el peligro de poderse convertir en un sumidero de tiempo que hay que aprender y enseñar a gestionar. Asimismo las TIC han facilitado enormemente la investigación permitiendo el acceso a publicaciones científicas, y el establecimiento de contactos y colaboraciones con investigadores y empresas de cualquier parte del mundo.
En cuanto a mis inquietudes, además de seguir con la actualización y mejora continua que exige el desempeño de la actividad universitaria, diría que tengo tres objetivos fundamentales en el momento actual: por un lado la consecución de fuentes estables de financiación para continuar desarrollando con éxito las actividades de investigación; señalar al respecto que la crisis económica de los últimos años se ha dejado sentir bastante en el sector universitario, habiéndose reducido notablemente las posibilidades de conseguir proyectos de investigación y becarios financiados, así como contratos con empresas. Por otro lado, tengo gran ilusión por, que se llegue a implementar a escala industrial uno de los desarrollos que hemos hecho a escala de laboratorio y que hemos patentado recientemente.
Por último, dado que empiezo a vislumbrar la jubilación como una etapa no tan lejana, quisiera ir transfiriendo la responsabilidad de todas las actividades que lidero a los compañeros más jóvenes que se han formado y han trabajado conmigo.
En primer lugar debo decir, que en el desarrollo de mi carrera profesional, tanto como docente como investigadora, nunca he tenido problema por cuestión de género, ni me he sentido discriminada o con menos oportunidades que compañeros del género contrario, y eso que me he desenvuelto en un entorno típicamente masculino, la ingeniería, y que empecé hace mas de 30 años cuando la presencia de mujeres era muy minoritaria.
A lo largo de los años he visto algunas acciones enfocadas a favorecer la inserción de la mujer en el mundo científico con las que, a pesar de que me favorecen, no estoy realmente de acuerdo. Por ejemplo el hecho de que en la valoración de las propuestas de proyectos de investigación de convocatorias públicas competitivas, se "regalen" unos puntos extra por el hecho de que el investigador principal sea mujer o por haber un elevado porcentaje de mujeres en el equipo investigador; es algo que me genera la impresión de que nos consideran menos capaces y por eso nos tienen que dar una ventajilla. Tampoco estoy muy de acuerdo con el frecuente empeño de que en tribunales de tesis, oposiciones, etc. haya equilibrio en el número de miembros de ambos sexos; me parece correcto que si es posible se haga, pero no que se fuerce cuando hay un déficit de alguno de los géneros en algunos temas o áreas de conocimiento, llegando a proponerse personal de otras áreas de conocimiento para cumplir ese requisito.
En mi opinión el conseguir que desaparezca la brecha de género, tanto en la ciencia como en otros ámbitos, va más allá de esos pequeños detalles. Debe empezar con la educación y promocionarse y desarrollarse plenamente en la vida familiar, especialmente en el caso de tener hijos. Es aquí donde, a pesar de que se ha evolucionado mucho en las últimas décadas, sigue habiendo una gran diferencia entre hombres y mujeres.
Lo queramos o no somos diferentes y por lo tanto el nivel de dedicación y exigencia de unos y otras a las actividades domésticas y a los hijos no son equiparables, siendo la mujer en general, la que más se vuelca y responsabiliza de dichas actividades. A este respecto deberíamos cambiar ambos, los hombres con mayor responsabilidad, dedicación y sobre todo predisposición a hacer las cosas bien (no simplemente cumplir), las mujeres aprendiendo a delegar más y con menor nivel de exigencia.
Creo que no estoy de acuerdo con la afirmación de que existe un techo de cristal en la ingeniería que la mujer todavía no ha logrado romper. Para mi ese techo se rompió hace tiempo. Cuando yo inicie mis estudios de Ingeniería, entramos unos 900 alumnos en primero y solo 25 éramos chicas. Además en aquella época algunas mujeres no acababan la carrera, otras no ejercían, con lo que la presencia de mujeres ejerciendo la ingeniería era mínima.
Actualmente la proporción de chicas estudiando ingeniería en España ronda el 30 %, lo que me parece una proporción bastante razonable que garantiza una presencia suficiente de la mujer en el mundo ingenieril. Como he dicho anteriormente hombres y mujeres no somos iguales, y tampoco tenemos los mismos gustos y aficiones por lo que pretender que haya la misma proporción de hombres y mujeres en la ingeniería es quizás una utopía.
De hecho recientemente se ha postulado la denominada 'paradoja de género' basada en un estudio realizado por varias universidades a nivel mundial, que señala que cuanto más rica sea una sociedad y más igualdad de género exista en el país, menos mujeres especializadas en el campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas habrá.
Parece ser que el motivo es que las mujeres con mayor estabilidad económica, tienden a elegir su carrera profesional por sus gustos y habilidades, y no por la potencial remuneración económica.
Podría contar varias anécdotas o incidentes de cuando era estudiante, pero relataré la que me sucedió nada más terminar la carrera cuando fui a colegiarme. Nada más entrar en la sede del Colegio de Ingenieros había un mostrador y mas allá, sentada en una mesa, una secretaria de cierta edad y con cara de pocos amigos.Le pregunté que había que hacer para colegiarse, ella se acercó de mala gana y sin más explicaciones me puso unos papeles encima del mostrador. Me los llevé, los rellené y volví al mostrador. Tras un rato sin hacerme caso, llamé su atención, y me preguntó de mala gana y sin levantarse de su mesa, que qué quería. A mí me parecía obvio pero le respondí educadamente que quería entregar los papeles. Ella masculló que los tenía que firmar. Le dije, "si, si, ya los he firmado". Absolutamente malhumorada me respondió "¡NO, NO, los tiene que firmar EL INGENIERO!"
Como he mencionado anteriormente nunca me he sentido excluida, menospreciada o en inferioridad de condiciones en mi trabajo en la Universidad. Sin embargo, mientras estudiaba la carrera sí que hubo muchos comentarios machistas o inapropiados en relación al hecho de ser mujer, tanto por parte de profesores como de alumnos. La verdad es que no era agradable, pero tampoco tuvo mayor trascendencia.
Creo que la presencia de mujeres en carreras relacionadas con ámbitos STEM (siglas en ingles de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es bastante significativa. Si bien en ingeniería y tecnología es algo menor que la de hombres (30% frente a 70%), en ciencias (física, química, biología, matemáticas, etc.) se aproxima al 50%. Tengo entendido que parece que en los últimos años, ha habido un cierto descenso de la proporción de mujeres, tanto en ciencias como en ingeniería, pero quizás esto tenga que ver con el plan Bolonia (homologación al espacio europeo de educación superior), que ha dado lugar a un gran incremento en el número de nuevas titulaciones universitarios ofertadas, lo que ha provocado una mayor diversificación.
En cualquier caso a las futuras generaciones femeninas les diría que si les gustan, y se les dan bien las ciencias, no duden en optar por una carrera del ámbito STEM. Que no se asusten por la fama de difícil, pero que tengan en cuenta que efectivamente suelen ser más difíciles que las carreras de letras, y van tener que estudiar y trabajar duro, pero como todo en la vida, si se lo proponen lo conseguirán y les va compensar.
También les diría, rompiendo una lanza a favor de las ingenierías, que las incluyan entre sus opciones, que se informen de las posibilidades y la versatilidad que tiene esta formación, y que hablen con profesionales de este área, y verifiquen la variedad, creatividad, iniciativa, razonamiento, etc., y sobre todo satisfacción que conlleva el ejercicio de la ingeniería.
Siento reconocerlo, pero a pesar de moverme en el mundo científico, me resulta difícil dar el nombre de 3 científicas favoritas. Mas allá de Marie Curie, premio nobel por sus descubrimientos en el campo de la radioactividad, y de Lise Meitner, física investigadora de la fusión nuclear, a la que conozco por ser el meitnerio un elemento químico de la tabla periódica que fue nombrado así en su honor, no se ocurre ninguna mas.
Precisamente a la vista de mi propia respuesta a la pregunta anterior, me doy cuenta que dar mayor visibilidad a las mujeres científicas y tecnólogas, tanto del pasado como actuales, es un aspecto fundamental de cara a cambiar la situación de las mujeres en el ámbito STEM. La creación de películas, series, documentales, etc. sobre mujeres científicas podría inspirar a las futuras generaciones de mujeres a formarse y desarrollarse en este campo. Por otro lado, y como he mencionado anteriormente, considero que la igualdad en el reparto de actividades y responsabilidades en la vida familiar, es imprescindible para que las mujeres puedan disponer del mismo tiempo, disposición y dedicación que los hombres para el desarrollo de su profesión en estos sectores, que son de una elevada exigencia.
Vote:
Resultados:
0 Votos
Palabra clave
Noticias